tag:blogger.com,1999:blog-724099043611248302024-02-18T17:33:19.926-08:00Relatos de MalurasAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.comBlogger11125tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-32414637061222078002015-04-06T03:56:00.000-07:002015-04-06T10:40:05.490-07:00JAQUECA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH8ONmk1jWOf_lSxb_zhGmf17rUqdIgbmfbQ29mF1METkpAUzIPrHH9LH7VKwbEyTHN90ZYPURXsCIp_b1TIYgoBpXjzEiS6HOkU0GXFm3Kpa3VPmSN6sipSoSMBhGbp1UPcvq04kZOVk/s1600/4739630539_90a360ae3e.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhH8ONmk1jWOf_lSxb_zhGmf17rUqdIgbmfbQ29mF1METkpAUzIPrHH9LH7VKwbEyTHN90ZYPURXsCIp_b1TIYgoBpXjzEiS6HOkU0GXFm3Kpa3VPmSN6sipSoSMBhGbp1UPcvq04kZOVk/s1600/4739630539_90a360ae3e.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 7.5pt; text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 150%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 7.5pt; text-align: justify;">
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; margin-bottom: 7.5pt;">
<span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt; line-height: 200%;">Tan sólo cuando el dolor de cabeza fue insoportable me levanté de la cama.
Balanceándome de un lado a otro conseguí llegar a la cocina. Con las manos
intentaba agarrarme la cabeza y taparme los ojos a la vez. Una polilla sacudía
sus últimos segundos de vida en la puerta de mi nevera. Le di un manotazo.
Esperaba que se apartara, pero no se movió ni un milímetro. Medio cuerpo del
insecto se había adherido a un lateral de mi mano. El asco me revolvió el
estómago. Reprimí una arcada. Abrí el grifo. El agua se llevó los restos. Éstos
se juntaron con unos granos de arroz de la cena. Busqué un vaso. Las manos me
temblaban. Me tomé una pastilla y me volví al dormitorio. Estaba comenzando a
coger el sueño cuando escuché un zumbido. Probablemente me desmayé y perdí el
conocimiento durante un tiempo, quizás días. Cuando me desperté el dolor de
cabeza había sido substituido por una especie de nebulosa. Ya era de noche pero
todavía había algo de luz, o quizás estaba amaneciendo. Seguía teniendo
problemas de equilibrio. Necesitaba ir al baño. Por el camino choqué con varios
muebles y puertas. Unas pequeñas sombras negras se me abalanzaron y quedaron atrapadas en mi pelo. En un acto reflejo me
protegí las orejas y los ojos con las manos. Encendí la luz tras varios
intentos fallidos hasta encontrar el interruptor. Unas mariposas pardas y aplastadas se me habían enganchado. El suelo
estaba cubierto de insectos con alas.
Unos muertos y otros agonizantes. Intenté recordar si algo en la basura podía haberse podrido durante mi
desmayo. Cuando me miré en el espejo
pensé que la jaqueca me había nublado la vista. Una capa de un polvo marrón y brillante
me cubría la piel. Había perdido mucho peso. Tenía la sensación de que los ojos
se me iban a caer. Mis brazos parecían
hebras de hilo. Quise darme unas palmadas en la cara para despertar de esa
pesadilla, pero no lo hice. Se me habrían enganchado las mejillas en las manos.
Un temblor como un zumbido me recorrió la espalda. Y fue entonces cuando volé.<o:p></o:p></span></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-58460572321315781742015-03-13T06:25:00.000-07:002015-03-15T11:04:50.785-07:00VER LLOVER<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAPvkfa-gHu_EmJmtwHRlJnTmXjw72sLMoWBbQSX_eTLjllkgGrFQDHnNrPiVesKJ4evYTpDM-2aUJ6V420c-TiUxjNyM4UsxwRhBHwcYoOsMUtti-pAvU3DKcFqcmejoWcFTb2dxpNYc/s1600/8205961749_2a510a57d1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAPvkfa-gHu_EmJmtwHRlJnTmXjw72sLMoWBbQSX_eTLjllkgGrFQDHnNrPiVesKJ4evYTpDM-2aUJ6V420c-TiUxjNyM4UsxwRhBHwcYoOsMUtti-pAvU3DKcFqcmejoWcFTb2dxpNYc/s1600/8205961749_2a510a57d1.jpg" height="238" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 5.55pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; margin-bottom: 5.55pt; text-align: justify;">
<span style="font-size: 12pt; line-height: 150%;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Cuando estoy preocupada por algo veo la televisión como si viera llover. No
me entero absolutamente de nada. Las imágenes son como las gotas de una
tormenta. Me da exactamente lo mismo lo que digan. A mis padres también les da
lo mismo. Pero cuando me corto se asustan y me miran muy fijamente, como ahora,
cuando ven las noticias. Si les digo que en la escuela me llaman “Populata”, me
tratan de tonta. Como todos los demás. Que cómo le doy tanta importancia a una
palabra que no existe. Pero sí que existe. “Populata” es que eres una mierda.
“Populata”, me dicen y se ríen. Y yo me veo ridícula. No me aceptan. No me
quieren. Se ríen de mí y yo no he hecho nada. Que no les haga caso. Me gustaría
ser como estos que caminan entre periodistas que les preguntan y no les hacen
caso. Y siguen robando y siguen saliendo en la tele. Porque son populares, no
“Populatos”, como yo. Pero yo no soy nadie. Tengo que hacer algo muy grave para
que me hagan caso, pero yo no sé portarme mal. No me sale meterme con los
demás. Yo me porto bien, pero nadie me lo dice. La psicóloga me dice que si me
vuelven a decir “Populata” que les grite “Por aquí me entra y por aquí me
sale”. Que no les haga caso. Y ella lo hace con mucha gracia. Seguro que a ella
no se lo harían. Pero yo no sé hacer eso. A mí me queda ridículo, porque a mí
por aquí me entra y por aquí no me sale. Cuando me corto miro la sangre y
quiero que todo eso salga. Y no sale pero entonces todos se preocupan. Y
entonces sé que existo. Sé que me respetan. Les hago saber que yo también soy
capaz de hacer cosas importantes. Cosas dignas de salir en las noticias. Me
siguen diciendo “Populata”, pero menos. A escondidas. Cuando todos me vieron
los cortes Juan Carlos dejó de decírmelo porque le cayó una buena. Y el grupo
de las “Popus” me sigue criticando pero me tienen respeto. Saben que si se
pasan me cortaré más y las acusaré. Y mis padres ya no me mirarán como quien
mira llover. Cada día vendrán a verme. Disimularán que se interesan por mí. Y
se asegurarán de que no me he vuelto a cortar. Y todo irá bien.</span><span style="font-family: Arial, sans-serif;"><o:p></o:p></span></span></div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-13376546946541433282015-02-18T13:25:00.002-08:002015-02-23T09:59:00.860-08:00EL ROJO EN EL AGUA<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsa9oP8hcL_uomNhWf90tazO6-EmY3f42F2hLIPbua0KrHmrWv2aNFwC8ThN4eaikWuISNzq48Rw4z1JAc-BTEq6DR9QRWLGRYGh3nAPJxad4SWHSzymq_nMMJNNElI1buDuaXS9L5OOw/s1600/3513271657_4e12faff14.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjsa9oP8hcL_uomNhWf90tazO6-EmY3f42F2hLIPbua0KrHmrWv2aNFwC8ThN4eaikWuISNzq48Rw4z1JAc-BTEq6DR9QRWLGRYGh3nAPJxad4SWHSzymq_nMMJNNElI1buDuaXS9L5OOw/s1600/3513271657_4e12faff14.jpg" height="320" width="213" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer caminaba muy lentamente. Hacía un día luminoso y
el mar, aunque tranquilo, también dejaba asomar su lado más salvaje.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La playa nudista estaba prácticamente desierta. Tan solo
un par de ancianos disfrutando del sol de junio y el hombre.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer vestía ropa oscura y llevaba las manos en los
bolsillos. Avanzaba muy despacio hacia la orilla.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre desnudo la estuvo observando durante mucho
tiempo. Esperó inmóvil hasta que la mujer se sentó en la arena mojada.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El viento comenzó a soplar más fuerte. Las cañas que
crecían entre las dunas se agitaron con rabia.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer metió la cabeza entre las rodillas. Sus manos
revolvían las piedras que más brillaban.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre se agachó a su lado, a una distancia suficiente
para ser escuchado. La miró de reojo y le preguntó si sabía por qué el mar era
de color azul.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer siguió revolviendo las piedras mientras el
hombre le explicaba que el agua absorbe mejor los colores rojos y amarillos que
los azules.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El agua del mar seguía demostrando cómo los azules y
violetas rebotaban y eran captados por los humanos.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El hombre sintió un hormigueo en su brazo cuando la mujer
levantó la cabeza y se puso en pie.<o:p></o:p></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;"><br /></span></div>
</div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">La mujer sonrió y se quitó el vestido sin mirar al
hombre. Se metió muy lentamente en el agua. Su cuerpo estaba cubierto de sangre.<o:p></o:p></span></div>
</div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: "Arial","sans-serif"; font-size: 12.0pt; line-height: 115%;">El socorrista supo que no había nada que hacer cuando los
ojos azules del hombre captaron la luz rojiza del atardecer.<o:p></o:p></span></div>
</div>
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-54362397192707819202014-10-06T05:16:00.003-07:002014-10-06T05:16:38.626-07:00EL PAYASO QUE PELLIZCABA CULOS<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoXGOyxS62X30n9FuMn2CurJVDaiA5i-IYkV-g6e3yK6_OuynPPa1QSe1jTA-59X8mcvtBMnSjoad_xN_Y6cMQ_vJVjByU-O4DQ_jazftj04SXfrQ4o3cEJ28-hLtjDMNa9urDKgR9-RM/s1600/medium_6128658123.jpg" imageanchor="1"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoXGOyxS62X30n9FuMn2CurJVDaiA5i-IYkV-g6e3yK6_OuynPPa1QSe1jTA-59X8mcvtBMnSjoad_xN_Y6cMQ_vJVjByU-O4DQ_jazftj04SXfrQ4o3cEJ28-hLtjDMNa9urDKgR9-RM/s320/medium_6128658123.jpg" /></a><br />
<br />
La Nena quería ir a la fiesta de cumpleaños. Lo manifestó claramente a gritos el día que le dieron la invitación. La madre del homenajeado lo había dispuesto todo con tiempo para que fuera más difícil inventarse excusas.
Nada le podía dar más pereza que pasarse la tarde del miércoles en un Mc.Donalds lleno de niños gritones y de padres y madres con cara de fastidio. Tendría que sacar tiempo de donde fuera para comprar un regalo y, además, convencerse de que podría ser divertido.<br />
<br />
El día del cumpleaños hubo un accidente en la carretera. Se encontró la autopista atiborrada de coches parados. Llegó tarde a la escuela, estresada. Para acabarlo de rematar, la Nena insistió en pasar antes por casa para ponerse su vestido nuevo, así que, cuando entraron en el Mc.Donalds la fiesta estaba en pleno apogeo.
Tras los saludos de cortesía optó por sentarse en un rincón e intentar evadirse con su móvil y el señor Google.<br />
<br />
Entonces lo vio. El payaso. Los payasos, fueran del tipo que fueran, le daban miedo. Tenían un punto de crueldad. Eran seres que disfrutaban con la burla ajena. Pero había algo más. El primer sueño del que tenía memoria. Debía de tener unos cuatro años. Esa mañana despertó con el corazón a mil por hora y los ojos desorbitados.
En el sueño caminaba perdida por una planta de un edificio a medio construir. Una grúa colgaba amenazante por encima de su cabeza. El payaso, hecho de sombra y agua la perseguía. Aterrada, encontró una puerta abierta y se refugió adentro.
El payaso andaba cerca. Podía ver su sombra reflejada. De repente se colaba rápidamente por debajo. Le pellizcaba el trasero con fuerza y se reía a carcajadas mientras su sangre le dibujaba un morado. Después volvía a desaparecer por el mismo sitio por donde se había colado. Como un dibujo animado que hubiera sido aplastado. Era un sueño humillante, tonto, y a la vez terrorífico. No se lo había explicado nunca a nadie.<br />
<br />
Volvió con el señor Google e intentó aparcar ese recuerdo de su mente. Pasaron un par de horas cuando consideró que ya había sido suficiente. Valoró la mejor manera de salir de allí. A intervalos de cinco minutos fue mentalizando a la Nena de que se iban a ir pronto. Tras 40 minutos de infructuosos intentos optó por el chantaje. Consiguió convencerla de que se pusiera los zapatos comprándole un batido de fresa.
Decidida, se colgó el bolso en un hombro, la Nena de una mano, y el batido en la otra. Abrió la puerta con dificultad, muy despacio. En pleno esfuerzo notó como le retorcían con fuerza una nalga. El batido de fresa se desparramó por debajo de la puerta. El payaso se veía a lo lejos. La Nena se quedó pálida.
Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-19069142432915664692014-06-26T13:50:00.003-07:002014-06-26T14:19:28.333-07:00LA PUTA QUE COMÍA CEREZAS.<div class="MsoNormal">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7tVQKvp5QGoB6KFctt2itfXTONHBJU2zlH4gsoMxhcicS9dCSnaGtGbE65H0jGhvxDeQaPxXYurdFjACCXwxmBRtgE4-2q5UxGBIRDjdp7_olnWoJqKI_BfgVPTLPQaiEMASg9RCOkEY/s1600/medium_78030197.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><span style="font-size: large;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7tVQKvp5QGoB6KFctt2itfXTONHBJU2zlH4gsoMxhcicS9dCSnaGtGbE65H0jGhvxDeQaPxXYurdFjACCXwxmBRtgE4-2q5UxGBIRDjdp7_olnWoJqKI_BfgVPTLPQaiEMASg9RCOkEY/s1600/medium_78030197.jpg" height="320" width="241" /></span></a></div>
<span style="font-size: large;"><br /></span>
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La puta llevaba más de media hora esperando a que algún
cliente reclamara sus servicios bajo un sol de justicia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Cuando la carretera se quedaba desierta se sentaba un rato
en una silla plegable que había colocado debajo de un árbol. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El árbol le procuraba una sombra escasa. Sus hojas estaban
llenas de polvo y varias bolsas de plástico se enredaban entre sus ramas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La puta miraba hacia el vertedero a través de sus gafas de
sol, y después hacia la carretera. A veces se miraba los pies y no volvía a
levantar sus ojos de ellos hasta que oía acercarse algún coche.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La vendedora de fruta la observaba a pocos metros de
distancia. Las dos aguantaban cada día el calor, el ruido ensordecedor de las
chicharras y de los camiones de basura.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Ambas veían caer de sus cuerpos chorretones de agua sucia,
llena de polvo, cuando al terminar la jornada, se duchaban.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">A la vendedora de fruta le daba una mezcla de asco y pena la
puta. Pero a la puta no parecía importarle demasiado su presencia.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Cada día, a primera hora, la puta se acercaba a la
improvisada parada de fruta de la vendedora. Sacaba de su bolso unas monedas y
le señalaba la caja de cerezas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La vendedora daba por supuesto que la puta era extranjera.
Le cogía las monedas y le daba las cerezas con evidente incomodidad.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La puta volvía a su silla y masticaba sus cerezas. Se miraba
los pies y escupía los huesos tan lejos como podía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La vendedora limpiaba con un trapo las monedas y arrugaba la
frente cuando pensaba qué habría tocado la puta con sus manos.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Varios meses transcurrieron de manera monótona. Unos días la
puta tenía más o menos clientes y otros,
la vendedora de fruta tenía más o menos compradores.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Sin embargo, las rutinas de las primeras horas transcurrían
de manera idéntica día tras día. La puta le compraba cerezas. Se sentaba en la
silla y se las comía casi todas mirándose los pies y escupiendo los huesos tan
lejos como podía.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">A ratos miraba hacia el vertedero a través de sus gafas de
sol y atendía a sus clientes con discreción.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Aquel día el sol picaba y la vendedora de fruta observaba
con atención a la puta, que llevaba ya media hora mirándose los pies. Esa
mañana no le había comprado cerezas.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Al final de la carretera había un tanatorio. El maquillador
de muertos paró su coche cerca de la vendedora de fruta y se acercó a mirar.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><i>“Buenos días”</i>. La
vendedora no lo había oído llegar y dio un pequeño bote en su silla. El
maquillador de muertos era un comprador habitual, un tipo afable, desinhibido, hablador
y curado de espantos. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">Sin embargo, aquel día, algo extraño parecía pasarle. Miró
la fruta y posó sus ojos en la caja de cerezas. Rápidamente su rostro perdió
color. A la vendedora de fruta le sorprendió su reacción.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<i><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">“Hoy he preparado a
tres fiambres. Tres hombres. Uno joven, otro de mediana edad y un viejo. No
tenían ninguna relación entre ellos. Los tres han muerto en lugares diferentes.
He comenzado por el viejo. Cuando lo he tumbado para desnudarle y ponerle la
mortaja he escuchado un ruido, como el de una botella de champán cuando se
descorcha, y, de repente, un hueso de cereza ha salido disparado hacia mis
pies. Lo mismo ha pasado con el joven y el de mediana edad. Una broma de mal
gusto de algún compañero. En el tanatorio a todos nos va el humor negro,
¿sabes? Es un mecanismo de defensa. Menudos cabrones.”<o:p></o:p></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">El maquillador de muertos recuperó el color de su cara y se
llevó un melón. Arrancó el coche levantando la mano a modo de despedida.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La vendedora de fruta llenó una bolsa de cerezas y se las
llevó a la puta con paso decidido. <i>“Toma.
Hoy invita la casa”</i>.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;">La puta levantó la vista de sus pies. Cogió la bolsa de cerezas
bruscamente y con un dedo dentro de su boca hizo el ruido de una botella de
champán cuando se descorcha.</span><br />
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif; font-size: large;"><br /></span></div>
<span style="font-size: large;"><span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;"><br /></span>
</span><br />
<div align="right" class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Por MALURAS</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-family: Georgia, Times New Roman, serif;">Viladecans, 2014</span></div>
</div>
<br />
<br />
<br />
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/"><img alt="Licencia Creative Commons" style="border-width:0" src="https://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">La Puta que comía cerezas</span> por <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://maluras.blogspot.com.es/" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Maluras</a> se distribuye bajo una <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">Licencia Creative Commons Atribución-CompartirIgual 4.0 Internacional</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-80169599229943417872014-06-14T04:18:00.002-07:002014-06-14T07:06:15.315-07:00CANCIÓN DE TUNA<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbRVgCqpiLZUedY4xaerRFJRvTMhN6LzGOMQYaAocYeN46mTzhP6ACU3PZEyOBXoThU9dejS_2Y4q6ykix37fliy0pBleufexnE0bsw6fTiYkMdwjbWBuEewK56GszkDAkyPRMBQKJVBY/s1600/medium_3277270581.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbRVgCqpiLZUedY4xaerRFJRvTMhN6LzGOMQYaAocYeN46mTzhP6ACU3PZEyOBXoThU9dejS_2Y4q6ykix37fliy0pBleufexnE0bsw6fTiYkMdwjbWBuEewK56GszkDAkyPRMBQKJVBY/s1600/medium_3277270581.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<span style="font-size: 13.5pt;"><br /></span>
<span style="font-size: 13.5pt;">Durante los últimos 10 años, a Amparo la despertaba cada día su
marido con la misma letanía: <i>"¡Amparo!,
¡Hoy no me afeito!, ¿eh? ¡Hoy no me afeito!"</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Desde que él tuvo el accidente de coche,
justo el primer día de su jubilación, Amparo comenzó un infierno particular y
agónico.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Nunca volvió a ser el mismo. Tenía un coágulo
del tamaño de una pelota de tenis en la parte frontal del cerebro. Los médicos
todavía no entendían cómo seguía vivo.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Amparo le enseñó a volver a caminar, a
hablar, a leer, a escribir y a limpiarse, mínimamente bien, el culo.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Él, a cambio, dejó de ser el hombre
despectivo que la trataba con desprecio, para convertirse en un niño grande y
obsesivo, que cantaba canciones de la tuna y que gritaba las mismas frases
todos los días a las mismas horas.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">El día del accidente Amparo estaba en casa
decidida a decirle que se iba con su hermana y que no quería volver a verlo en
su vida.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Eso es en lo que estaba pensando cuando
notó que su coche impactaba contra alguna cosa<i>. "¡Has pisao una oveja, Amparo! ¡Una oveja!" "¡Mañana
no me afeito!, ¿eh?"</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Atravesaban la carretera que pasaba por el
vertedero y que les llevaba a la playa cuando Amparo, absorta en sus
pensamientos, no vio cómo un borrego viejo y desorientado se cruzaba en su
camino. Gritó de espanto mientras perdía el control del coche por unos
instantes. Frenó en seco.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Él comenzó a cantar: <i>"Tengo yo una ovejita lucera que de campanillas le he puesto un
collar..."</i> Amparo bajó del coche y la canción seguía: <i>"Yo le digo pobrecita mía que está todo
el día, diciéndome Beeeee..."</i><o:p></o:p></span></div>
<br />
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">El tiempo se detuvo cuando observó con
horror como, entre todo aquel amasijo de sangre y vísceras, la cara de aquel
animal muerto tenía un aire muy parecido a alguien que ella conocía y que en
aquel momento no lograba identificar.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;"><br /></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-size: medium;">Por MALURAS</span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt; text-align: right;">
<span style="font-size: medium;">Viladecans, 2014</span></div>
<br />
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license"><img alt="Licencia de Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" style="border-width: 0;" /></a><br />
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">CANCIÓN DE TUNA</span> by <a href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/cancion-de-tuna.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Maluras</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-45278174767656041942014-06-14T01:52:00.002-07:002014-06-26T14:07:38.232-07:00MUJER MEDIEVAL<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb-rY3oaNhPclklnKlXu_yXM9ejjt8s4C7-iAonj2iwxp_rzZsenxoRHth1-N9r8aWc1Yu9rs4RnImuxl_-PwlmOXLklKYZgWYaKNJFg2ixagqHZEZq75gStq2ccPt1TXrQ9LWV8tTm5s/s1600/medium_8398662206.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb-rY3oaNhPclklnKlXu_yXM9ejjt8s4C7-iAonj2iwxp_rzZsenxoRHth1-N9r8aWc1Yu9rs4RnImuxl_-PwlmOXLklKYZgWYaKNJFg2ixagqHZEZq75gStq2ccPt1TXrQ9LWV8tTm5s/s1600/medium_8398662206.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Elvira. Niña hermosa. Ojos de miel. Mujer a medio hacer.
Mirada profunda. Deseo contenido.</div>
<div class="MsoNormal">
Niña. Lava la ropa. Amasa el pan. Acarrea cántaros. Tápate.
Despluma las gallinas.</div>
<div class="MsoNormal">
Elvira. Sigue muda. Obedece las órdenes. Guarda respeto.
Vigila tu honra. Cuida a tu familia.</div>
<div class="MsoNormal">
En la posada hay mucho que hacer. Preparar pucheros. Coser los
calzones del párroco. Limpiar la letrina de descompuestos. Rellenar los sacos
de paja. Hacer marchar el olor a orín. Elvira.</div>
<div class="MsoNormal">
Todo con tus manos. Pequeñas. Secas. Comidas de sabañones.
La viva imagen del futuro que te espera. Mi niña.</div>
<div class="MsoNormal">
Y sigue muda, cariño. No hay más. Aquí vives. Aquí no
muerdes la mano de quien te da de comer. Tu hermosura no vale mucho. Sólo unos
pocos años. Dios te observa de cerca. Elvira. Dios te salve.</div>
<div class="MsoNormal">
El agua del río está helada. No hay más mujeres. Estás sola.
El cesto lleno de ropa podrida. Mi amor.</div>
<div class="MsoNormal">
Elvira. Desnúdate. Métete dentro. Deja que las aguas purifiquen
tu alma. Refresca tu rostro precioso. </div>
<div class="MsoNormal">
Deja que el caballero que te observa impávido desde la otra
orilla te haga entrar en calor.</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
Y, sobre todo, Elvira, mi niña: SIGUE MUDA.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
Por MALURAS</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
Viladecans, 2014</div>
<div class="MsoNormal" style="text-align: right;">
<br /></div>
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license"><img alt="Licencia de Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" style="border-width: 0;" /></a><br />
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">MUJER MEDIEVAL TOCADA</span> by <a href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/mujer-medieval-tocada.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Maluras</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-81378665944144270612014-06-13T23:17:00.001-07:002014-12-06T08:37:23.254-08:00LA RECEPCIONISTA<div style="margin-bottom: .0001pt; margin: 0cm;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik_U2O6A6Ywui_u1Dl5yYp2C3ZBRlDumxS53m8o7VjXieLvISr-3LDY5sU5AkGuC3osLpYs3uiWlJSO5Z_XJF8nvo2ShksBGC0DkTI7XM5iW1wC8Ju6-TbNldN0wEA8a9H9ShANa0mGJc/s1600/medium_9536023192.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEik_U2O6A6Ywui_u1Dl5yYp2C3ZBRlDumxS53m8o7VjXieLvISr-3LDY5sU5AkGuC3osLpYs3uiWlJSO5Z_XJF8nvo2ShksBGC0DkTI7XM5iW1wC8Ju6-TbNldN0wEA8a9H9ShANa0mGJc/s1600/medium_9536023192.jpg" height="200" width="132" /></a></div>
<span style="font-size: 13.5pt;"><br /></span>
<span style="font-size: 13.5pt;">La recepcionista sonreía y decía "Buenos días" unas 300
veces por la mañana. Atendía entre unas 100 y 150 llamadas con las mismas
palabras y el mismo tono de voz.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Se sentía como una especie de jarrón chino
reluciente y vacío. La recepción era un lugar de paso que conducía directamente
a las puertas de los ascensores o de las escaleras.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">2 veces al día, la Recepcionista pensaba
que aquel espacio se parecía más a un tanatorio o a un purgatorio que no a un
lugar donde acoger a empresarios snobs.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Tenía prohibido colgar nada en las
paredes, dar conversación a los visitantes, proporcionar información sin
permiso de su superior, y pedir ir al lavabo más de dos veces al día, si no era
por necesidad mayor.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">No soportaba ese trabajo pero la
Recepcionista necesitaba pagar facturas tanto como el aire que respiraba.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Todos los viernes, cuando cerraba la
centralita pensaba que la semana siguiente no sería tan pesada y que, quizás su
destino cambiaría súbitamente.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">El teléfono sonó. "Grupo García
asociados. Buenos días".<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Una voz contestó: "Ahora es el
momento".<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Por fin había conseguido decírselo.<o:p></o:p></span></div>
<div style="margin: 0cm 0cm 0.0001pt;">
<span style="font-size: 13.5pt;">Se levantó de la silla. Cogió el teléfono
y golpeó a la Recepcionista </span><span style="font-size: 18px;">con el auricular,</span><span style="font-size: 13.5pt;"> hasta la muerte.</span><br />
<span style="font-size: 13.5pt;"><br /></span>
<br />
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: medium;">Por MALURAS</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="font-size: medium;">Viladecans, 2014</span></div>
</div>
<br />
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license"><img alt="Licencia de Creative Commons" src="http://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" style="border-width: 0;" /></a><br />
<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">LA RECEPCIONISTA</span> by <a href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/la-recepcionista.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Maluras</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-29023350358651181822014-06-07T08:20:00.005-07:002014-06-14T01:20:25.475-07:00MAZMORRAS<div align="left" class="MsoTitle">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZRSioC4mpD3Y6-pEL50rS7Vh77Nxr70yNw2A0OWV_MZucdmXyMs_qYcMzJtDEfCWa7xOBZgKovI9Nmv-Zh2RCo7o5z5PhjRouRT_h8llYOm49rYn0fcjVGupyIglOklkp-NAPa_u3c6I/s1600/medium_993311118.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZRSioC4mpD3Y6-pEL50rS7Vh77Nxr70yNw2A0OWV_MZucdmXyMs_qYcMzJtDEfCWa7xOBZgKovI9Nmv-Zh2RCo7o5z5PhjRouRT_h8llYOm49rYn0fcjVGupyIglOklkp-NAPa_u3c6I/s1600/medium_993311118.jpg" height="219" width="320" /></a></div>
<br /></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Llueve.
Ya ni lo noto, me da exactamente lo mismo. Es más prefiero que llueva. El
escenario está más acorde con mis pensamientos. El agua ni me moja, cae y se
esparce por todas partes, pero no me toca. Para llegar al <i>Avon</i> <i>Hotel</i> tengo que
subir <i>Constitution Hill</i>. Es un nombre
perfecto para la tremenda envergadura de la pendiente. Miro constantemente
hacia abajo para no resbalar con las bayas de los arbustos que han ido a parar
al suelo. Noto como todos los músculos
de mis piernas se tensan mientras mi cabeza sólo piensa en esquivar la
vegetación muerta, los charcos, y algún que otro vómito, hoy es domingo.
Debería dejar de fumar. Realmente debería hacerlo, pero está claro que hoy no
va a ser. Inmediatamente saco el tabaco de liar, papel y la caja con las
boquillas. Miro el reloj. Llego tarde. Me da igual, un cigarro. Se me cae una
boquilla, que rueda vertiginosamente hacia abajo. Una gota enorme cae en el
papel de fumar. Maldita sea. No importa, vuelvo a sacar otro papel, rápidamente
pongo otra boquilla en un extremo. Pellizco un poco de <i>Golden Virginia</i> y lo esparzo, lo prenso, lo lío... No quiero pensar
en nada, ni en lo que me espera, ni en <i>él</i>,
ni en que la lluvia me moja aunque yo no la note, ni en que los últimos minutos
han sido del todo ridículos. Toso. Subo, no pienso. De hecho me resulta
sorprendentemente fácil no pensar en nada, demasiado. No voy a darle vueltas al
hecho de que eso sea totalmente sospechoso. No me voy a psicoanalizar, de
ninguna de las maneras. No voy a dejar de fumar. Voy a ver cuánto aguanto sin
pensar. No hay nadie en las calles, ni en las ventanas. Las tiendas están
cerradas, como <i>él</i>. <i>Él</i> también no está. No sé de quién hablo
porque hoy no está, bueno, la verdad es que casi nunca está. Supongo que eso es
un problema, o, ese es el problema. Filosofar subiendo una colina como <i>Constitution Hill</i> seguramente no es una
buena idea, pero ya no me tengo que preocupar más de eso porque ya he llegado.
Mirar atrás es de lo más tentador. Y aunque llego tarde y no debería, me giro y
miro. La boquilla, desde abajo, me sonríe.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Cuando llego
al cruce donde tengo que girar a la izquierda para llegar al Hotel escucho
pasos. En unos segundos una sombra seguida del<i> friegaplatos</i> me adelanta. No sé de dónde es. Nunca habla y da tan
malas vibraciones que nadie se ha molestado en saber de dónde viene. Llega, se
pone un delantal dos veces más grande que él, hace su trabajo y se va. A veces
da la sensación de que gruñe, pero es muy probable que no lo haga. Lo único que
nos queda claro a todos los que nos torturamos cada día un poco en el <i>Avon </i> es que el<i>
friegaplatos</i> es heroinómano. No tiene ningún reparo en lucir las marcas de
la jeringuilla que sobresalen de su
antebrazo, por encima de los guantes. Cada vez que le coloco los platos que
recojo cerca, lo miro, intentando buscar algún rastro de: “<i>existes, me traes platos llenos de mierda, no te gusta y sabes que a mí
tampoco me gusta lavarlos</i>.” Sin embargo sólo puedo intuir que me mira de
reojo y emite un gruñido imperceptible. A diferencia de todo el personal, es el
único que no llega mejor cuando entra que cuando sale. Siempre tiene el mismo
aspecto, el pelo largo, lacio, pegado al cogote por la cinta del delantal. Creo
que tiene los dientes marrones, juraría que un día se los vi mientras gruñía.
Siempre lleva un chaleco y unos pantalones elásticos llenos de roña. A pesar de tener todos los
puntos de ser y parecer un macarra, ni lo es ni lo parece. Hay algo que lo
diluye en esa cocina apestosa, y que lo esconde entre las idas y venidas de las
histerias del <i>chef</i>, de la arrogancia
del <i>manager</i> y de la resaca laboral de
los camareros y camareras. Durante horas no mueve los pies. Se balancea de un
lado a otro, con el grifo a toda presión y observa durante horas y horas el
espectáculo inmundo de <i>bacon</i>, <i>beans</i>, <i>sausages</i> y migas de pan flotantes en un fregadero cada vez más
atascado y constantemente inundado de agua manchada de salsa <i>gravy</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Atravieso
el umbral del hotel y ya no hay ni rastro de él. Parece el mismo demonio.
Existe una sensación de calma en tensión en el hall y en el restaurante. Las
recepcionistas me han ignorado totalmente, a consciencia. Andan cuchicheando
algo que le pasó ayer noche a una de ellas. La afortunada se ayuda del mango de
un paraguas para ejemplificar el tamaño de lo que tuvo entre las piernas. <i>No way!</i> La otra se mete el mango del
paraguas en la boca. Se mean de risa.
Entro en la recepción y dejo mi abrigo y mi bolso empapados por la
lluvia en el armario que está situado justo detrás de ellas. No han dejado de
hablar ni un instante. Apenas me han dirigido una mirada de cierta
superioridad. Llego 3 minutos
tarde, a nadie le importa. Salgo de la
recepción y cruzo el hall corriendo, hacia el restaurante. El <i>manager</i> está enseñando a una nueva
camarera cómo doblar las servilletas. El cocinero está preparando el desayuno.
El olor a mantequilla carbonizada me echa para atrás. Voy a por los cubiertos.
Cada día igual, aunque por hoy de las servilletas se va a ocupar esa muchacha.
Es italiana me ha bastado una sola palabra para saber que es italiana: <i>“¿cosa?”</i>. Es una rubia con un cuerpo escultural, pero con
carácter, gran inconveniente para el jefe. Ésta no durará mucho. No tiene ni
idea de lo que le está diciendo. No consigue doblar en forma de abanico las
servilletas rojo sangre del hotel. Él se está comenzando a desesperar.
Finalmente se da cuenta de que estoy allí. </span><i><span lang="EN-GB" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">“Sole, please do the napkins and she´ll do the
cutlery, right?”</span></i><span lang="EN-GB" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> </span><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">Sí, claro, ¿no te jode? Le miro, asiento, sacudo una
servilleta delante de su cara y sonrío.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> La mesa
está puesta y mi olfato inmunizado. Los primeros clientes aparecen. Es un
matrimonio mayor. Ella va delante de él. Los dos son altos y escuálidos y
tienen unas chepas tremendas que les obligan a andar encorvados. El <i>manager</i> les indica la mesa. Es fácil,
simplemente tienen que seguir una línea recta, libre de todo obstáculo, por encima de la moqueta
mugrienta, hasta llegar a sus respectivas sillas. La mujer avanza torpemente,
haciendo eses, mirando con desaprobación a los camareros que esperamos delante
de las bandejas de comida refrita y apestosa. Parece estar más que segura de
que no le va a gustar nada. El marido, que va tres pasos por detrás de ella,
reproduce exactamente los mismos movimientos, pero, además, arruga la nariz,
enseña los dientes y la encía superior. Se me revuelve el estómago. De repente
la puerta de la cocina se abre y aparece Lucy. Es mitad inglesa mitad francesa
y al tercer día de trabajar en el hotel la sorprendí metiéndose mano con el <i>manager</i> en la terraza, rodeados de cubos de
basura. Lucy avanza con brío, sacando pecho y nariz. Les da los buenos
días al matrimonio y los llama por su nombre. Ella se ocupa de los modales y de
la cortesía, el resto de poner y quitar los platos de la mesa. Toma nota, nos
ordena, les da conversación trivial, les hace preguntas de las que se responden
sin pensar. “¿Han dormido bien?/ ¿Han visitado ésto o aquéllo?/ ¿Qué terrible
no sé qué, no?...” Es muy buena haciendo su trabajo y para haber vivido la
mayor parte de su vida en Francia, domina a la perfección las sutilezas
inglesas. Si no fuera porque se queda con todas las propinas me caería bien.
Seguro que a él también le gustaría. A la italiana sólo se la tiraría,
demasiado carácter para <i>él</i> y su
sangre fría.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> El
desayuno se junta con la hora de comer, y más el domingo. El restaurante se va
llenando de todo tipo de clientes. Viejos panzudos que sorben la yema del huevo
y la hacen bajar cuello abajo con una pinta de cerveza. Estudiantes exagerando
su resaca para estar a la altura. Familias persiguiendo por entre las mesas a
niños de color rosa que se desgañitan llorando porque son los únicos que saben
tan bien como yo que ese lugar es espantoso. Hace media hora que han pedido y
que nadie aparece con sus malditos sandwiches. Mi inglés es suficientemente
bueno para entender la cantidad de insultos diplomáticos que me están
comenzando a prodigar, menos mal que me sé hacer muy bien la loca. En eso <i>él</i> estaría totalmente de acuerdo, <i>él</i>,
que tiene un muy buen trabajo. <i>Él</i>
nunca jamás se pondría en situaciones
autodestructivas y las llamaría experiencias. <i>Él</i> es muy listo, pero, qué quieres que te diga, no se sabe hacer el
loco tan bien como yo. <i>Él</i> es
irritantemente sensato. No me hace ninguna gracia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">
Desaparezco por la puerta que lleva a la cocina, con 8 platos repartidos
entre los dedos de las dos manos, 4 judías en mis pantalones y una mancha de
ketchup en mi camiseta. Miserable. Lo que pasa dentro de la cocina es, incluso,
peor. Lucy está histérica. Dos camareros y el ayudante de cocina no se han
presentado. Evidentemente, hoy es domingo. Se va a liar una gorda, salta a la
vista. El <i>manager</i> la abraza y de paso
le aprieta con disimulo el trasero. Coge un delantal y se lo pone, como si
estuviera haciendo un acto heroico. Se autodeclara el nuevo ayudante de cocina,
imitando con poquísima gracia a un famoso cocinero de la BBC. Ella lo detesta,
es obvio. Hay un músculo facial que sólo se tensa cuando nuestra sonrisa es
sincera y la suya está muy calculada. Es muy lista. Sólo me cae mal porque se queda
con las propinas. Por lo demás no es muy diferente a mí. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> El <i>manager</i> agarra un cuchillo, lo clava en
la madera y comienza a dar nuevas órdenes sin dejar de imitar al famoso
cocinero. La situación sería totalmente bochornosa si no fuera porque por unas
décimas de segundo, ella mira con embelesamiento el cuchillo. Lucy sonríe, y,
yo me muero de miedo.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Dejo los 8
platos y las 4 judías de mis pantalones al lado del<i> friegaplatos</i>. Diluyo la
mancha de ketchup con un poco de agua. Eso lo empeora mucho más y esta vez soy
yo la que gruño.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Una orden
del nuevo y espeluznante ayudante de cocina cae sobre mí: <i>Sole go to the dungeons and find
me an onion! Move!</i> ¿Una cebolla? ¿No puede hacer sandwiches sin cebolla?
Bueno, ¿por qué no?, yo últimamente no puedo irme a dormir sin maldecirle a <i>él</i> y a mí hasta quedarme tan frita como
los desayunos del <i>Avon.</i> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Bajo a lo
que ellos llaman las mazmorras, que no es más que un sótano mugriento donde
están la sala de descanso del personal, el almacén, los frigoríficos, y la
cocina del <i>chef</i>. Me meto por los
pasillos angostos, húmedos. Hay dos cucarachas aplastadas. Una a cada lado. Me
resultan familiares. Miro por la ventana de la puerta que da a la sala de
descanso. Dos estelas de humo salen por detrás de la mesa de billar. Hay dos
caraduras fumando a escondidas que se han aprovechado del caos que reina
arriba. Pero yo tengo una misión.
Encontrar una cebolla. El aire se hace irrespirable, el vapor que sale de las
ollas de la cocina se pega por las paredes y por mi cerebro, que se pone más
blandito, más bobito, maldito... Cruzo la cocina desierta, rodeo una mesa
metálica enorme donde hay tres cuchillos sucios y medio limón mustio. El silencio sería absoluto de no ser
por el ruido de una televisión que sale de algún lugar que no consigo
localizar. Ninguna cebolla. Nada de nada. ¿De dónde sale toda la comida que
sirvo? ¿Puede que el diablo sepa hacer también el milagro del pan y de los
peces, pero a su estilo? De repente la tapa de una cacerola se estrella contra
el suelo. Un chico enorme, oriental, salido de la nada, da vueltas a las
patatas y a las zanahorias con un cucharón. Es la primera vez que lo veo. <i>Where can I find an onion?</i> Sonríe,
asiente y sigue mareando las verduras. No me entiende. Elevo el tono de voz, no
sea que... <i>Onion! one!</i> y, con las
manos arqueadas, ingenuamente, intento hacerme entender. <i>Yes, yes, yes...</i> dice. Comienza a estar asustado, mis modales
ibéricos parecen aterrarle. ¡La puta
cebolla! ¡Cómo es que no hay nadie más que este pobre desgraciado en la cocina!
La cámara frigorífica es lo último que me queda. Me lanzo, pero, antes de
abrir, la posibilidad de que alguien me empuje y me encierre allí dentro me
paraliza. Cosas más raras se han visto y la situación, de normal no tiene nada.
Un escalofrío me recorre la espalda, o puede que sea la humedad, o los nervios,
o el sudor, o un trozo de <i>él</i> que por
fin me he quitado de encima. Me giro. El oriental ya no está. Ha lanzado la
tapa de la olla contra el suelo y el vapor llena la cocina. Abro. A un lado hay
3 paquetes enormes de patatas fritas congeladas, al otro, escarcha y un espacio
desolador. Cierro. Mataría por un cigarro.
El ruido de la televisión se hace cada vez más imperceptible, pero me da
tiempo localizarlo. Hay una pequeña compuerta detrás de unas cajas de cartón.
Llamo. La televisión se calla definitivamente y el que comienza a emitir ruidos
amenazadores es el <i>chef</i>. Un sirio
corpulento que se está relajando antes de comenzar con la cena. De la comida se
ocupa el ayudante de cocina y nadie ha tenido el valor de explicarle que no ha
aparecido y que el <i>manager</i> no se las
puede apañar solo. No voy a ser yo quien se lo diga. <i>Sorry, I´m looking for an onion.</i> Se rasca la cabeza y me mira con
un desprecio calmado. Suelta una bocanada de humo. Una pipa árabe ocupa
prácticamente la mitad de su zulo. Al vapor de la olla que hierve patatas y
zanahorias se le junta el humo del tabaco líquido. El aire es tan denso que
casi no me deja ver cómo se saca una cebolla del bolsillo. Lo último que yo
debería tener en estos momentos son ganas de fumar, pero las tengo, y la pipa
es todo lo que veo por unas décimas de segundo. Me quedo embelesada mirando
cómo el humo de la última bocanada se dispersa y se pega a las paredes de la
cocina. ¿Es eso lo que hace <i>él</i>
conmigo? Me mareo. Algo me dice que
tengo que salir corriendo de ahí, pero no sin la maldita cebolla que el <i>chef</i> se está llevando a la mesa. Siento
las vibraciones de un mensaje de texto en los pantalones. Escucho cómo afila un
cuchillo mientras desbloqueo el teclado de mi móvil y leo: <i>ME LARGO</i>.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Es
inevitable; tengo que irme, pero no sin la cebolla. Si me doy prisa todavía
podré mirar cómo sube al autobús. Sólo quiero ver cómo se va y me deja. El
cuchillo acecha a la cebolla, como su amenaza reiterada de irse, de dejarme, de
olvidarme... Demasiado tarde para ser educada. Grito un ¡<i>Noooooooooooooooooooooo!</i> visceral y patético. Me lanzo hacia él, le
empujo y rescato la cebolla. <i>You crazy
little bitch!</i> Salgo corriendo mientras me maldice mil veces más en árabe. No
se puede ir, aunque ignorara sus
advertencias, sus silencios...Soy una puta loquita, una pequeña puta loca, la
loca putita que corre pisando cucarachas para rescatar a una cebolla que va a
coger una autobús en 20 minutos para olvidarse de mí. Subo las escaleras, el
vapor de las mazmorras se va perdiendo. Estoy empapada, histérica,
desquiciada... pero tengo la cebolla y tengo que irme. El <i>manager</i> ha dejado su papel de cocinero. Tengo que darle lo que me
ha pedido y largarme. <i>Where the hell is
the manager?</i> Nadie me responde. El caos es igual o peor. Los camareros
entran, salen, gritan, sudan... Un gruñido. El <i>friegaplatos</i> no me ha mirado ni en un sólo momento durante toda la
mañana. Sin dejar de lavar los platos apunta con la cabeza hacia el
restaurante. Abro la puerta, con el brazo derecho extendido, sujetando la
cebolla. Grito: <i>I have to go!</i> Nadie
me ha oído. Las mesas están atiborradas de gente. Lucy está pálida y su sonrisa
agotada. El <i>manager</i> está intentando
calmar a la madre de una jauría de niños hambrientos. La chica italiana está
sirviendo un plato de comida carbonizada a un tipo panzudo. El hombre sonríe.
Tiene delante 4 pintas de cerveza vacías. La espera ha sido larga, pero la
italiana parece alegrarle las molestias. Sus dos manos agarran con saña los dos
sabrosos glúteos alimentados a base de comida mediterránea. Todo el mundo lo ha
visto. Todo el mundo lo veía venir. Yo también veía venir este día. Se hace un
silencio que recrimina, que busca camorra,
morbo... La italiana se ha quedado paralizada. Me mira. Se acerca. En
décimas de segundos me quita mi cebolla de las manos y la lanza, con estilo, fuerza y puntería a la
cabeza del panzudo que, acto seguido, berrea de dolor. Le ha dado en un ojo.
Las campanadas de la catedral repican, convirtiendo el momento en el preludio
de un desenlace fatal que hace tiempo esperaba. 10 minutos para intentar ver
qué cara mete dentro del autobús.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Los amigotes
del panzudo se parten de risa y comienzan a lanzarse trozos de pan, tiras de
bacon... Cogen sus cucharas y las llenan de judías cocidas y las catapultan por
todas las mesas y por toda la moqueta del restaurante. Los niños se unen a la
fiesta. La italiana llora de rabia y grita sin parar <i>“Cazzo di merda”</i>. Lucy está mucho más pálida que antes. Se arquea y
comienza a vomitar. Hay rumores de que el <i>manager</i>
le ha hecho un bombo. </span><i><span lang="EN-GB" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">Darling! Are you all right?</span></i><span lang="EN-GB" style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Pues claro que
no, imbécil. </span><span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">Intenta
consolarla en plena guerra de frituras volantes, pero la madre histérica de
antes ha perdido los nervios y comienza a sacudirle reclamando su atención.
Corro. 9 minutos. Cuando consigo salir del restaurante y llegar a recepción
caigo, aunque no debería porque se me hace tarde, en la tentación de mirar
atrás. He dejado la puerta abierta y un trozo de pan bañado en salsa de tomate
sale disparado y cae en la moqueta del hall. ¿Es eso lo poco que queda de mi
autoestima? Me encantan las metáforas. Las recepcionistas están llamando a la
policía. Huyo del hotel. 8 minutos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Bajo
como una bola de nieve <i>Park Street</i>. Los dedos de los pies
aplastados contra las puntas de los zapatos. Los brazos y manos sin control. 5
minutos. Quiero creer que soy yo quien salpica y entumece el aire helado. Me
duele la cabeza. Tengo miedo de que estalle en cualquier momento y de que <i>él</i> no esté presente en ese instante. Las
miles de imágenes de <i>él</i> riendo,
recriminando, consolando, ignorando... rodando
por <i>Park Street</i> hasta llegar y
precipitarse en el río. En un río hecho de barro, de agua verde, escenario y
augurio de las peores escenas oníricas. 3 minutos. <i>Él</i> no me espera. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> La ley de la gravedad me empuja cuesta abajo
ignorando el espectáculo de estudiantes pretenciosos y ebrios, con ganas de ver
y sobre todo, de ser vistos.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Hay fuegos
artificiales en mi cabeza. Puede que sean todas las palabras que planeé decirle
subiendo por mi garganta y explotando al llegar a mi cráneo. ¡Cómo me gustan
las metáforas! Un cráneo que alberga las más bajas, ridículas y obsesivas
pasiones, en exclusiva, para <i>él</i>. 1
minuto. Imagino un programa de TV basura donde <i>él</i> está cubierto de toda esa sustancia viscosa que bulle en mi
cabeza, delante de un público que ríe, que se escandaliza, que se masturba... <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Sólo tengo
que cruzar la calle y bajar del todo la curva. El semáforo está en rojo. <i>Él </i>se va. Se va y ya es muy tarde. Tres limusinas blancas bajan a toda
velocidad. La última frena delante del semáforo. De la ventanilla de atrás
salen dos adolescentes que enseñan las tetas y brindan con dos copas de
champán. Emiten chillidos. Se exhiben. ¿Qué querrá decir esto?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Verde.
Cruzo. Corro. Bajo. Y, camino a Londres, se va la cara que ya nunca podré ver.
Algo líquido y pegajoso cae por mi mejilla. No es una lágrima. Es una judía
que, desde mi cabeza se desliza hacia abajo ayudada de la salsa de tomate y de
mi sudor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> No quiero
pensar en nada, ni en lo que me espera, ni en él, ni en la judía que se ha
pegado ahora en mi pecho, ni en que los últimos minutos han sido del todo
ridículos. No voy a pensar. Delante está el embarcadero. Vuelvo a cruzar la
calle. Llego hasta la orilla del río y me siento. El suelo está mojado y frío
pero la sensación es agradable. Estoy
exhausta. Al otro lado del río un cisne me mira. Tiene un costado manchado por
el combustible de alguna embarcación. Comienza a llover. Mataría por un cigarro.
Me he dejado el tabaco en el hotel. Las llaves, el dinero... No me voy a
psicoanalizar, de ninguna de las maneras. El cisne se acerca sigiloso hacia mí.
Voy a ver cuánto aguanto sin pensar. Cierro los ojos. Llueve. El sonido de algo
que pasa rodando a mi lado y cae estrepitosamente al agua, salpicándome los
zapatos, me sobresalta. El cisne gruñe. Alarga el cuello y agarra lo que parece
ser una cebolla.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> Mirar
atrás es de lo más tentador. Y aunque ya todo me da igual y no debería
preocuparme, me giro y miro. El <i>friegaplatos</i>
se lleva un cigarro a la boca. Enseña sus dientes marrones, y me sonríe. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"><br /></span></div>
<div class="MsoTitle">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> POR MALURAS</span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: right;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;">Bristol /
Barcelona, Mayo 2005<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoTitle" style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Georgia, serif; font-size: 16pt; line-height: 200%;"> <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 200%; text-align: justify;">
<br /></div>
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/"><img alt="Licencia de Creative Commons" style="border-width:0" src="http://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">MAZMORRAS</span> by <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/las-mazmorras-del-avon-llueve.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Maluras</a> is licensed under a <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-76079473033658707802014-06-07T08:17:00.000-07:002014-06-14T01:23:01.251-07:00LA TAQUILLA<div align="center" class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: center;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQOaMbQW2strkZsiXZb1pIP9rOhNX_7CX_Ks3tSo97PpkQMpb-2fwZRdXcfIbOXG2m8uDdBgztsrc_ArYYjDk5cIDu9vQurQbTbUkYbEOBikb-pHNMVxGU9wZEXp2qH3Z625XUxqmoDi0/s1600/medium_7986013593.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgQOaMbQW2strkZsiXZb1pIP9rOhNX_7CX_Ks3tSo97PpkQMpb-2fwZRdXcfIbOXG2m8uDdBgztsrc_ArYYjDk5cIDu9vQurQbTbUkYbEOBikb-pHNMVxGU9wZEXp2qH3Z625XUxqmoDi0/s1600/medium_7986013593.jpg" height="320" width="200" /></a></div>
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"> </span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"> Toda la noche dándole vueltas y más vueltas.
Son mil seiscientas, por favor. ¿Tendría una moneda de cien? Quinientas le
hacen las dos mil, gracias. Como un loro toda la tarde. No, no están numeradas.
Dura dos horas y siete minutos. No, no está muy lleno. Si tiene miedo de las
primeras filas, haga cola, por favor. Venga un poco antes, no se arriesgue.
Sonrisa, gracias. ¿Una? Y se pone rojo. Parece pensar: “No grites”. Pobre,
viene solo. Como un lorito, y la caja no me cuadra. No sé cuándo pudo ser que di
de más, ¿o daría de menos? No sé, me debí distraer.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-¿Queda sitio?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-Por supuesto, caballero.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">- Pero ¿me tocará una
primera fila o qué?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-No, señor.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-Como me tenga que sentar
delante del todo te enteras.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-Perdona, ¿es eso una
amenaza?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-No.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-¡Ah! Es que a mí no me
gustan las amenazas, ¿sabes?<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">A veces la gente se
olvida de que eres una persona y has de soltar alguna fresca para cortarla. Es
fácil distraerse. Aquí viene de todo y te preguntan de todo. Hoy no ha venido
el viejecito de las bolsas. Da lástima verlo acercarse con un montón de
bolsitas transparentes. En una, monedas de 100; en otra, de 25; en otra, de
cinco…, y sin dentadura, con los labios metidos en la boca. Llega a la taquilla
con pasos muy lentos y cortos, pero, al mismo tiempo, decidido y obstinado, con
una paciencia de santo. Yo me maravillo viéndole abrir poco a poco cada
bolsita, aunque haya una cola tremenda, y cuando ya me ha depositado todo el
dinero y le doy la entrada, me ofrece la más tierna de las sonrisas. No te
preocupes, no lo pienses más, eso es lo que ha dicho el encargado. ¡Qué raro
que no llame! Igual se pasa por aquí y me da una sorpresa. Las ganas.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-¿Cuánto es? –dos
cacatúas enjoyadas, mujeres que no saben envejecer, pátinas de maquillaje.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-Ochocientas, señoras.
–ponen mala cara, gesto de tacañería.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-¿No hacen descuento para
la tercera edad? –seguro que se quita años cuando se pone coqueta, pero ahora
le interesa ponerse los que tiene.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">-No, señora, aquí no
hacemos ningún tipo de descuento.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"> Lo increíble es que, seguidamente, se pelean
por pagar. “No, ya te lo pago yo”. “Nena, cógelo de aquí”. “No, nena, cógelo de
allá”, y la nena se tiene que esperar hasta que se cansan de tanto alarde de
generosidad. Me acuerdo de cada cambio, de cada pregunta, de cada respuesta, de
cada mirada de simpatía, de desconfianza, de desprecio…, y la caja no ha
cuadrado. Quizá no se encuentre bien. Llama. Llama.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<br /></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">El teléfono ha sonado
durante toda la tarde, pero nunca ha sido él. Palacio Balañá. Buenas tardes. La
guerra de las galaxias. Sí, se venden anticipadas. De nada, a usted. Nunca
sabes cómo te van a observar en esa caja de cristal, tan mona, tan princesita,
la princesa está triste, que tendrá la princesa… con mi uniforme, mi etiqueta
con mi nombre y apellido, mi micrófono móvil, mi reflector antibilletes falsos,
mi fijador en el pelo y mis manos impecables, un tanto pringosas, temblorosas
cuando llevo horas tocando miles de billetes y monedas de miles de personas que
me ríen, me escrutan y me valoran en pocos segundos, sin quererlo, detrás de
ese cristal. Dos <i>gays</i>, dos adonis,
guapísimos. No dicen ni una palabra. Uno de ellos me enseña dos dedos. Doy dos
entradas. El otro me mira con cara de lascivia, y yo sé que sólo lo hace para
provocar celos a su acompañante, que me lanza una mirada de la muerte. Les
gusta jugar. Tienen los labios llenos de heridas. Besos, apasionados. Él no me
besa con pasión. No vendrá. Yo, tan recogida, tan metida en esa habitación
minúscula. Yo, encendiendo y apagando el aire acondicionado porque, o hace
mucho frío, o hace mucho calor. Yo, con la mirada perdida, viendo media parte
de mí reflejada en el cristal, entre sesión y sesión, cuando la taquilla está
desierta y el matrimonio de vagabundos que siempre viene a mendigar se ha ido
al cine de al lado, aunque volverán para la sesión de la hora golfa, con el
carrito lleno de cartones, de trapos, de roña. Ella, mellada, con voz de papel
de estraza, y él, fumando tabaco negro, un cigarrillo detrás de otro y dando
vueltas de manera extraña. Si no te fijas bien no te das cuenta de que no hace
más que girar y girar. Ella incordia al personal: “Dame algo”, y él la deja
hacer, como si tuviera miedo a molestarla, como si tuviera muy claro que él no
sirve para nada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">El caso es que la caja no
ha cuadrado, es como si tuviera vida propia y se hubiera propuesto hundirme,
hacerme perder la confianza, ponerme en evidencia…, y el encargado y el
portero, que lo pero de todo es que son dos trozos de pan, tuvieron sus palabras
de consuelo. No te preocupes, esto suele pasar, ya sabes…, y yo allí, tan
obediente, y tan lo siento, tan… No sé cómo ha podido pasar. La mitad del
sueldo a la mierda. Si al menos el encargado fuera un borde tendría a quien
odiar, pero ni siquiera se me permite eso. Media noche entre que ha cuadrado
todo. Llama la novia del portero. “Ahora voy, se nos ha hecho un poco tarde; un
beso.” “Tú también habías quedado, ¿no?” “Más o menos”, le digo. Pero no, él no
ha venido. Él no ha llamado. Él no ha aparecido. Él se ha olvidado. Él es un
hijo de la gran…<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">Total, no le necesito
para nada y he recogido mis cosas con rabia, deprisa. El aire me ha vuelto a
dar en la cara y me han entrado ganas de correr, de huir de todo y de todos. He
corrido como una loca, entusiasmada, pensando, por un instante, que esquivaba
toda la basura, el tráfico y el ruido de las calles. En medio de la acera había
un hombre vestido de blanco, desmayado, borracho, rodeado de un orín oscuro que
descendía en hilos por los adoquines y que parecía indicarme el N-14. Lo he
cogido por los pelos, exhausta por el esfuerzo. El conductor del autobús me ha
mirado varias veces las piernas por el retrovisor y me ha preguntado cuatro
veces si tenía frío. Yo tenía puesto el chip de la amabilidad y, en vez de enviarlo
a cagar, que es lo que deseaba hacer con todas mis fuerzas, le he sonreído y le
he dicho resignadamente que no.<o:p></o:p></span></div>
<br />
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;">He llegado a casa
corriendo porque ya era muy tarde. No había ni un alma en el barrio. Un miedo
asfixiante me ha empujado hacia la puerta de casa. Una hamburguesa, vuelta y
vuelta, sangrante. Una película mala en la tele. Me bajo la cremallera de la
falda, que se desliza por mis piernas y cae contra el suelo. Estoy desnuda y
más sola que nunca. Me meto en la cama, me estiro varias veces, como para
asegurarme de que no estoy en esa caja de cerillas, y apago la luz con mucho
cuidado. Hay noches que, en cuanto cierro los ojos, todos se acercan a la
taquilla, me preguntan lo mismo, me gritan, me exigen, me riegan… Entonces, ese
sentimiento de abandono que tanto me angustiaba queda ya muy lejos y no puedo
alcanzarlo. Es demasiado tarde. Sin embargo, sigo estando sola, y la soledad es
mucho más desagradable cuando se está entre tanta gente. No entiendo qué le ha
podido pasar. Mañana le llamaré.</span><span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD;"><o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal" style="line-height: 150%; text-align: justify;">
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"> POR MALURAS</span><br />
<span lang="ES-TRAD" style="font-family: "Georgia","serif"; font-size: 16.0pt; line-height: 150%; mso-ansi-language: ES-TRAD; mso-bidi-font-family: Arial;"> Barcelona, 1998</span></div>
<a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/"><img alt="Licencia de Creative Commons" style="border-width:0" src="http://i.creativecommons.org/l/by-sa/4.0/88x31.png" /></a><br /><span xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/" href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type">LA TAQUILLA</span> by <a xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#" href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/la-taquilla.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL">Maluras</a> is licensed under a <a rel="license" href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-72409904361124830.post-35015696592647820892014-04-01T02:33:00.000-07:002014-12-06T08:33:23.027-08:00ÉSTA ES TU CARA CUANDO ME MIRAS.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMcDeDdg2ygfex-CAND5l1yWF1jN1mT3ThFjhm2lAwXmLx4YUSN9xP774e8BVXxjFm0RJpoF1CoZfBrFIsac7KK3n5LISYkqKOFPUcXZbHR0M9muJh99BOihUMROvz34Yha7TDrfBJfBo/s1600/medium_9314633887.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiMcDeDdg2ygfex-CAND5l1yWF1jN1mT3ThFjhm2lAwXmLx4YUSN9xP774e8BVXxjFm0RJpoF1CoZfBrFIsac7KK3n5LISYkqKOFPUcXZbHR0M9muJh99BOihUMROvz34Yha7TDrfBJfBo/s1600/medium_9314633887.jpg" height="213" width="320" /></a></div>
<br />
Durante todo ese tiempo había procurado evitarla. Eran amigas desde siempre, pero a Diana se la debía dosificar. Era capaz de hablar durante horas sobre detalles sin importancia, sobre personas que Elena no conocía, sobre temas que no le interesaban lo más mínimo. Al cabo de poco rato de quedar con Diana, Elena comenzaba a arrepentirse. La observaba con detenimiento y aprovechaba rápidamente el momento en que tomaba aire para lanzarle una pregunta que desviara el tema a otro lado o lo acabara zanjando. Sin embargo, a Elena le encantaba cómo se reía Diana. Se reía a carcajadas por nimiedades. Tenía una risa sincera, incontrolable y contagiosa. Así que, al cabo de cierto tiempo conseguía echarla de menos y ceder ante sus numerosos intentos por quedar. Faltan pocos minutos para que empiece la ceremonia. La sala está llena de gente que no conoce. Diana tenía muchos amigos. Ir con ella por la calle era pararse infinidad de veces a hablar con desconocidos y habituales. Elena se impacientaba y molestaba un poco con todos esos encuentros, pero entonces Diana los despedía con sus carcajadas de siempre, y Elena también se reía un poco, pero por dentro. Varios días antes de la muerte de Diana tuvieron una discusión. Elena estaba tan desconcertada con los acontecimientos que no conseguía recordar por qué se enfadó tanto con ella. Aquello no había estado bien y le dejaba un mal sabor de boca eterno. La misa fúnebre pasó entre sollozos, comentarios típicos de velatorio y preguntas sobre dónde estaba el cementerio. El féretro de Diana entró en el nicho. Lo sellaron. La muchedumbre se dispersó y Elena no conseguía desenganchar los pies de allí. Respiró hondo varias veces y se dio la vuelta. Inmediatamente después una gaviota se posó delante de ella. Elena la miró con extrañeza. Una carcajada incontrolable salió de su garganta hasta que se le desgarró la voz. La gaviota alzó el vuelo aterrorizada.<br />
Elena se levantó al día siguiente con un dolor de cabeza insoportable. La muerte de Diana la había dejado en estado de shock. Se sentía como una olla a presión a punto de estallar. Mientras tanto tenía que seguir con sus rutinas de siempre y esperar a que el tiempo aliviara el dolor mudo y frío que se le escondía dentro. Se duchó, se vistió, se preparó el desayuno y lo tiró a la basura. Salió de casa. Cogió el coche y sin saber cómo llegó al trabajo. Entró y saludó como si nada. Ella no era una persona fría. Estallaría en cualquier momento. Lloraría durante horas, la enviarían para casa y, por fin, la pena y la rabia dejarían de presionar. Encendió el ordenador. Llevaba días sin consultar el mail. Un poco de trabajo probablemente le ayudaría a distraerse. A no pensar. Se le heló la sangre cuando vio un mensaje de Diana. Se lo había enviado el mismo día de su muerte. Elena temió encontrarse una carta de despedida, con algún reproche imperdonable, pero no tenía texto. Eso sí, Diana le había adjuntado la foto de una gaviota con cara de fastidio. Debajo había escrito: “ÉSTA ES TU CARA CUANDO ME MIRAS”<br />
<div style="text-align: right;">
<br /></div>
<div style="text-align: right;">
Por MALURAS</div>
<div style="text-align: right;">
Viladecans, 2014</div>
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<span href="http://purl.org/dc/dcmitype/Text" property="dct:title" rel="dct:type" xmlns:dct="http://purl.org/dc/terms/">Esta es tu cara cuando me miras. (Parte I)</span> by <a href="http://maluras.blogspot.com.es/2014/06/esta-es-tu-cara-cuando-me-mirasparte-i.html" property="cc:attributionName" rel="cc:attributionURL" xmlns:cc="http://creativecommons.org/ns#">Maluras</a> is licensed under a <a href="http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/" rel="license">Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 4.0 Internacional License</a>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/04764463266335453642noreply@blogger.com0